Las máquinas hicieron acto de presencia ayer en el entorno del puente del Bimil·lenari, aunque en esta ocasión el objetivo era comenzar con los trabajos para reparar los desperfectos que se habían detectado hace ahora cinco meses en el vivero fitosanitariamente seguro, que aísla a las datileras del picudo rojo. La actuación, que se prolongará a lo largo de los próximos dos meses, se centró fundamentalmente en abrir las zanjas que permitirán crear las canaletas de evacuación del agua. El concejal de Vía Pública, Manuel Rodríguez, explicó ayer que “las obras estaba previsto que comenzaran la semana pasada, pero las lluvias que cayeron han obligado a retrasar los trabajos, hasta que se secara la tierra”.
El proyecto, con un presupuesto de 20.700 euros y a cargo de una empresa privada, incluirá la reparación de la cimentación de los soportes de la estructura y, además, se pondrá un lecho de grava con una tela plástica que impermeabilice y que conduzca las aguas en pendiente para que puedan ser extraídas del vivero hacia el río, con el objetivo de frenar el deterioro al que se ha visto sometida esta instalación por los efectos de la lluvia y la humedad. Al mismo tiempo, se aprovechará para cambiar la malla del vivero, que se había roto al ceder el terreno y que, además, según el edil, se había visto más perjudicada en las últimas semanas por los actos vandálicos.
El responsable municipal de Vía Pública hizo hincapié una vez más en que “el problema de estas instalaciones era el terreno sobre el que se asentaba y, además, no se había tenido en cuenta la evacuación de las aguas de riego y lluvias, porque no se hicieron las canalizaciones de las aguas sobrantes hacia el cauce. Por eso, vamos a hacer nosotros ahora las canaletas para evitar este tipo de problemas”.
Por otro lado, recordó que fue en diciembre del año pasado cuando se detectaron socavones y grietas en el vivero, y las atribuyó a las filtraciones del agua de lluvia y riego, lo que dio lugar a que los pilares cedieran y la malla se rompiera. Por el momento, se adelantarán los trabajos en el exterior del vivero y se repararán las estructuras, y el último paso será el cambio de la malla. En cualquier caso, las palmeras no se trasladarán a otro lugar mientras duren los trabajos.